Samantha sufre una enfermedad misteriosa y degenerativa. Riley es una de las últimas personas que entran en contacto con ella y rápidamente decide localizar a los responsables del brote para evitar que la enfermedad, altamente contagiosa, consuma su cuerpo y el mundo tal como lo conocemos. Sin embargo, es complicado tratar de detener una enfermedad cuando ya eres el enfermo.